domingo, 27 de febrero de 2011

La Conexion Libia en Venezuela



Parte del discurso de Hugo Chávez alabando a Muammar Gaddafi y su “Libro Verde” durante el 40 Aniversario de la Revolución Libia. 2009


Algunos Tweets sobre el Tema:








Roberto Giusti: La conexión libia en Venezuela

Ahora que el Gobierno de Gadafi se tambalea y sale a relucir, de nuevo, su faz de feroz carnicero (con el perdón de los carniceros), sus amistades y vínculos comerciales se diluyen velozmente. Obama olvida que le estrechó la mano en la Cumbre del G 8, Berlusconi se hace en desentendido luego de haber viajado ocho veces a Trípoli y de hacer negocios con el Gobierno libio, que tiene acciones en la principal institución financiera italiana. Los turcos se lamentan en silencio por el fin de los convenios mil millonarios para la construcción de viviendas y hasta magnates norteamericanos, vinculados al negocio petrolero, se lavan las manos luego de tener tratos con el horrible personaje de marras.

Claro, hay excepciones y una de ellas es Hugo Chávez, quien luego de leer las instrucciones de Fidel Castro, denunciando una posible invasión de Libia por parte de la OTAN, salió en defensa del viejo aliado con quien hace apenas un par de meses firmó 11 convenios de cooperación binacional, (uno de ellos contempla la entrega de Hato Piñero a los libios) sin contar “los confidenciales” o distinciones como la inauguración de un stadium de fútbol con el nombre de Chávez, en la ciudad Benghazi y la entrega a éste del premio libio en defensa, dígame usted, de los derechos humanos.

Pero es que los lazos fraternales se prolonga muy atrás en el tiempo y se remontan a la época en que el Teniente Coronel (r) William Izarra viajó a Libia y recibió la seguridad de que la conspiración que se urdía en Venezuela y culminaría con el golpe del 4F sería apoyada por Gadafi, tal y como consta en libros y entrevistas donde Izarra y otros conspiradores hablan de sus contactos internacionales (Irak, Siria y Cuba).

Se trata, entonces, de una identificación afectiva e ideológica donde presupuestos teóricos del chavismo son extraídos del legendario librito verde de Gadafi, uno de cuyos propagandistas en el país es el propio Izarrra. Así, por ejemplo, el 26 de julio del 2010 Izarra suscribió un convenio a nombre del Centro de Formación Ideológica con el Centro Mundial de Estudios e Investigaciones del Libro Verde de Libia por un período de 5 años, (becas incluidas), cuyo representante es el doctor Suliaman Saleh Elquel. El convenio comprende “la apertura por parte del CFI de una cátedra para los Estudios del Pensamiento Popular que contemple, entre sus objetivos, estudiar el Pensamiento del Libro Verde y sus principales tesis; así como todo lo relacionado con la literatura, investigación y estudio de la democracia directa y la libertad del hombre… ..” Y esto sin hablar de la emulación de la Guardia Revolucionaria de Irán, bajo la forma de Comandos Populares pregonados por Izarra, la corresponsalía de Telesur en Trípoli y otros acuerdos que ahora se derrumban con Gadafi.

rgiusti@luniversal.com
Fuentes
El Universal Venezuela http://opinion.eluniversal.com/2011/03/01/la-conexion-libia-en-venezuela.shtml
http://www.lapatilla.com/site/2011/03/01/roberto-giusti-la-conexion-libia-en-venezuela/




Fuente: http://www.lapatilla.com/site/2011/02/25/gonzalo-garcia-ordonez-¿para-donde-vamos-“el-libro-verde”/


Gonzalo García Ordóñez: ¿Para dónde vamos? “El Libro Verde”
febrero 25, 2011 8:49 am
Publicado en: Opinión, Titulares

Ante las atrocidades y asesinatos cometidos por Moammar Al Gadaffi contra su pueblo, que reclama libertad y democracia, leer el Libro Verde se convierte en obligación y para sorpresa encontrará el rumbo de “la revolución bolivariana”. Invito a los Diputados del PSUV y a los metidos a comunistas que se lean el librito disponible en Internet.

Veamos, dice Gaddafi “No hay democracia sin congresos populares y los comités en todas partes”. En la práctica es dividir al pueblo en Congreso Populares de Base (CPB), llamados en Venezuela Consejos Comunales. Luego la suma de CPB origina el Consejo Popular de Zona (CPZ), enmascarado en Venezuela en las leyes del Poder Popular; después las masas de los CPB eligen a Comités Populares Administrativos (CPA) para sustituir a la administración del Gobierno. Esta última práctica está siendo denunciada en Venezuela como los intentos del gobierno para acabar con las gobernaciones y alcaldías.Todas esas organizaciones constituyen el Congreso General del Pueblo que se reúne una vez al año en el llamado reencuentro!!! Aquí “los revolucionarios” quiere que al AN no funcione con la oferta del “Pueblo Legislador”.

Otra perla del Libro Verde “La verdadera ley de cualquiera sociedad es el uso o la religión; toda otra tentativa para encontrar la ley para cualquiera sociedad, al margen de estas dos fuentes, es no válida e ilógica”. Tenemos que estar atentos a donde nos quiere llevar el gobierno bolivariano, ya hubo un intento de eliminar la Constitución.

Miren está perla “La prensa es un medio de expresión de la sociedad y no el medio de expresión de una persona física o jurídica. Entonces, lógica y democráticamente, no puede ser de propiedad de uno o de otro”. Ahora puede entenderse los ataques de los bolivarianos a la libertad de expresión. Asegura Gadafi que “no es democráticamente admisible que una persona física posea un medio de difusión o de información general”. ¿Se acuerdan del cierre de RCTV o las 34 emisoras de radio?.

Referido al salario Gadafi, el amigo de la Revolución Bolivariana afirma en el Libro Verde, “La solución definitiva la constituye la abolición del salario, la liberación del hombre de su esclavitud y el retorno a las normas naturales que han determinado la relación antes de la aparición de las clases, de las formas de gobierno y de las leyes positivas”. Este es el concepto de propiedad social, nada es tuyo todo es del gobierno.

Referido a la vivienda sostiene que “la vivienda representa una necesidad para otros y su construcción con el fin de arrendarla es tanto como emprender el control de la necesidad de los demás…Un hombre no tendrá libertad mientras habite una vivienda propiedad de otro, a cambio o no de un alquiler”. Aquí en Venezuela los “boliburgueses” quieren eliminar la propiedad privada. “La tierra no es propiedad de nadie” dicen Gadafi y sus amigos.

Aló mototaxista, taxista, camioneteros, autobuseros…aló, vean lo que dice Gadafi y piensan sus amigos “EL TRANSPORTE es igualmente una necesidad imprescindible para el individuo y la familia. Tu medio de transporte no debe ser propiedad de otros, pues en la sociedad socialista ningún hombre o entidad tiene el derecho de poseer medios de transporte con el propósito de alquilarlos, ya que ello supone el control de las necesidades de los demás”. En Cuba, el dueño de taxi es el gobierno…

Lo importante es que cada quien se forme su opinión y sepan a donde nos quiere llevar la llamada revolución bolivariana y calibre que será disparado cuando reclamemos democracia y libertad si se llegaran a imponer los criterios de los comunistas que gobiernan.

Gonzalo García Ordóñez @gongaro






Manuel Malaver
La Razón / ND

Gadafi: Tiranía, sangre y petróleo
27 Febrero, 2011



Que fueran Fidel Castro, Daniel Ortega y Hugo Chávez los primeros y únicos jefes de Estado de América y del mundo occidental en salir a defender la orgía de sangre que desata en este momento el dictador Muamar Gadafi contra el pueblo pueblo libio, revela, tanto su identidad con los forajidos que son capaces de no detenerse ante nada con tal de mantenerse en el poder, cómo el límite que traspasarían ellos mismos llegada la circunstancia en que tengan que echar mano a una blizkrieg hitleriana para impedir ser sacados del poder en la forma en que lo está siendo Gadafi: a patadas.
opinan los foristas
Patente de corso que no recibieron ni Zine El Abidini Ben Alí de Túnez, ni Hosni Mubarak de Egipto, que fueron acusados por los líderes del “socialismo del siglo XXI” de dictadores, piezas de Estados Unidos en la región, neoliberales y dignos del repudio de sus pueblos, pero no porque fueran autócratas que, al igual que Gadafi, se hubiesen perpetuado en el poder, reprimidos implacablemente a los opositores y nombrado sus respectivos herederos, sino porque aceptaron soluciones negociadas, entregaron la presidencia de manera relativamente pacífica y aceptaron que su tiempo había pasado.
No es el caso de Gadafi, aferrado al mando hasta más allá de sus posibilidades históricas, físicas y mentales, pero, no obstante, dando pruebas de que le resulta preferible empujar al pueblo libio al holocausto, antes que permitirle manifestar su hartazgo contra un dictador anacrónico que lo ha disuelto en la anomia, la miseria y la desigualdad más extrema.
Pienso que tanto Castro, como Ortega, -con el apoyo del imperio soviético y del clima de impunidad que privó durante la Guerra Fría frente a culpables de genocidios y crímenes contra la humanidad convictos y confesos- ya dieron testimonios de hasta donde son capaces de extremar la represión cuando se trató de defender el sistema que, según ellos, funda el reino de Dios en la tierra, y consecuentemente, ahogaron en sangre los derechos humanos de los pueblos cubano y nicaraguense durante el tiempo en que, la biología en el caso de Castro, y la política en el de Ortega, les permitió liderar sus respectivas revoluciones.
En cuanto a Chávez hechos más reciente, aunque no en la escala en que Castro y Ortega protagonizaron los suyos, los sucedidos en Caracas la tarde del 11 abril del 2002, cuando un grupo de criminales a sueldo del gobierno chavista detuvo a balazo limpio una manifestación que se dirigía a pedir la renuncia del teniente coronel a las puertas del palacio de Miraflores, dio muestras de que merecía figurar en la galería de los represores implacables, y llegado el caso, no solo de corregirlos, sino de conectarlos con los nuevos tiempos en que las tiranos empuñan las dagas, pero camufladas en la funda de la democracia.



No son, por cierto, los métodos, ni las argucias, ni los mecanismos, ni los remilgos que está empleando el carnicero de Trípoli y Benghasi, quien debe sentir un no disimulado desprecio por la afición de Chávez a las máscaras y disfraces represivos, y desde el momento que oyó el primer grito en su contra, lanzó a la calle la artillería pesada, bombardea ciudades y pueblos con Mig-21 y Mirage de última generación, e irrumpe con tanques de todos los calibres contra manifestantes inermes que solo claman por libertad y democracia y ser gobernados por un jefe de estado distinto al que, después de 42 años en el poder, luce como un carcamán atacado por desvaríos mentales, desplantes típicos de senilidad aguda, y un regusto por desempolvar atuendos de otros siglos que lo hacen humanamente impresentable.
Y de ahí a matar, masacrar, torturar, destruir, arrasar, a hacer alarde del superpoder que solo puede exhibirse en épocas de crisis energética estructural, cuando el coctel letal de tiranía, sangre y petróleo despliega sus rasgos más crueles, siniestros e impunes.
Durante los días en que a las puertas de un ciclo alcista de los precios de crudo como consecuencia de la especulación y la escasez, un terrorista, dictador, corrupto, y culpable de crímenes de lesa humanidad como Gadafi, vuelve a convertirse en un personaje mimado del jet set político internacional, en un fuera de serie exótico, pintoresco y legendario, alabado por Lula y visitado por altos funcionarios de USA, y recibido por Nicolás Sarkozy en el palacio del Eliseo el 10 de diciembre del 2007, luego que una semana antes en Lisboa, en una cumbre la organización Unión Europea-África declarara que “es normal que las naciones débiles se defiendan recurriendo al terrorismo”.
Visita que es también la ocasión para que el beduino que ya nada en los petrodólares del nuevo ciclo alcista, compre a Francia un lote de aviones Air Bus, un reactor nuclear y equipos militares por 5 mil millones de euros.
Pero es durante el 2009 que Gadafi hace su auténtica presentación en sociedad en tierras de Europa y América, empezando con una visita a Italia el 10 de junio, donde es recibido en El Quirinale por el presidente, Giorgio Napolitano y el primer ministro, Silvio Berlusconi; en la ONU, Nueva York, el 23 de septiembre, para pronunciar un discurso en la Asamblea General, y en la isla de Margarita, Venezuela, el 27 del mismo mes, para participar en la II Cumbre África-América del Sur,
Es de estos días que los venezolanos guardan recuerdos del todopoderoso jeque que se aloja en una carpa que hace instalar frente a uno de los hoteles más lujosos de la capital insular, es celebrado como un héroe de importancia histórica mundial por Chávez y sus seguidores, calificado “como el Bolívar de Libia y el Medio Oriente”, condecorado con la “Orden del Libertador en su Primera Clase”, y objeto de un regalo que, no por ser la rutina chavista con visitantes de cualquier origen y rango, deja de provocar rechazo y estupor: una réplica de la espada del Libertador.
Los momentos quizá en que, desde lo más íntimo de su monumental ego, pensó que “el crimen si paga”, que no hay como crearse una carrera de déspota, tirano y terrorista y persistir en ella, para que en cualquier lugar del globo donde los iguales también persisten, recibir aplausos, ser tratado como un genio del mal odiado pero temido, como un personaje con trajes repujados de joyas y piedras preciosas en los cuales se reflejaba una cara, una barba, y unos ojos de otros siglos, de otros milenios.



Debieron ser, también, los instantes en que frente a una playa de ensueño de una isla de ensueño, pensó en retirarse, en estarse uno o dos años más en el poder, y legárselo al hijo elegido para sucederlo, Seif al-Islam Gadafi, y dar inicio a la fundación de una dinastía, a una que por los siglos de los siglos contará la historia de aquel cuasi pastor que desde la ciudad costera y desértica de Sirte, inició la zaga de rey, califa, emir, jeque, emperador de una Era que no obstante ser considerada la más civilizada de la historia, se le rindió a sus pies.
Como este presidente, o cacique Chávez, también petrolero y autoritario, devoto de la fuerza y la violencia y, sobre todo, fascinado por él, el beduino, lector de su opera magna, “El libro Verde”, del cual recita pasajes enteros de memoria, y aspira adaptar en una versión endógena a las características de su patria, Venezuela.
Regresará aquí, después de ceder el poder al príncipe heredero, quien sabe si como peregrino y predicador del “Libro Verde”, o como consejero de presidentes latinoamericanos que aspiren a mantenerse 30, 40, 50 años en el poder.
Y tan tranquilos, tan satisfechos como Moamar Gadafi, que se dio el lujo de violar leyes, maltratar estatutos, desviar normas, tradiciones, culturas, constituciones, pero solo para ser tenido como un héroe de leyenda, como un Gengis Khan, un Napoleón, un Bolívar (lo dijo Chávez) o un Nasser.


Hoy, año y medio después ruge, por el contrario, como una bestia herida y acorralada, su heroísmo rueda como un tinte de pésima calidad, y si piensa sobrevivir, no será entre las páginas de la historia, sino en el camastro de un calabozo rodeado de fantasmas que le pedirán cuentas por sus crímenes.


Fuentes:
http://www.noticierodigital.com/2011/02/gadafi-tirania-sangre-y-petroleo/





Hugo Chávez y Muammar Gaddafi

FERNANDO OCHOA ANTICH | EL UNIVERSAL

domingo 6 de marzo de 2011 04:06 PM
Hugo Chávez insiste en engañar al pueblo venezolano. Está convencido, que puede mentir y mentir imaginándose que los venezolanos tienen mala memoria. No es tan fácil... Las nuevas generaciones han obtenido una importante formación académica en Venezuela y en el exterior para dedicarse con ahínco a realizar importantes investigaciones sobre nuestro pasado reciente. En estos días, al escuchar en una de sus interminables cadenas que no era posible, por una mínima lealtad con un amigo, aceptar las acusaciones que los medios de comunicación internacionales estaban difundiendo contra Muamar Gadafi, por haber ordenado el asesinato en masa de civiles indefensos que protestaban contra su gobierno, sentí verdadera indignación.

Un jefe de Estado no conduce las relaciones internacionales de su país en razón a ninguna amistad. Las medidas que considere tomar deben ser exclusivamente establecidas para salvaguardar los intereses de su país y de su pueblo. Definir alguna política que tome en cuenta circunstancias ideológicas, de amistad u otra razón que no sean esos intereses nacionales, es traición a la patria. Lo más sorprendente, es que Hugo Chávez piense que sus compatriotas no conocen su vergonzoso pasado de conspirador nacional e internacional. Son varios los libros que, con meridiana claridad, hablan de los compromisos entretejidos entre la conspiración militar y varios países extranjeros, de esos que la izquierda sedicente llaman revolucionarios, pero que en verdad son neofascistas.

Solo con leer varios libros que tuvieron, en su momento, importante difusión, uno queda convencido de esas vinculaciones. No es posible negar lo que dice, por ejemplo, el teniente coronel William Izarra en la entrevista que le hizo Alberto Garrido para su libro: Guerrilla y conspiración militar. Allí acepta haber empezado a conspirar desde 1973. Su primer contacto lo hizo con Douglas Bravo. En Harvard, enviado a estudiar injustamente por la República civil, preparó su proyecto político que se resume en pocas palabras: "Esto hay que cambiarlo y hay que hacerlo por la vía violenta. En ese tiempo hubo grandes logros: El más importante fue el contacto con Douglas Bravo, que a su vez me vinculó con sectores políticos y militares nacionales e internacionales"...

Sorpréndase, mi amable lector, los contactos internacionales eran nada más ni nada menos que permanentes viajes, durante sus vacaciones anuales, a Irak, a Cuba y a Libia. A este último país fue varias veces a entrevistarse con Muamar Gadafi y a recibir recursos económicos para la conspiración. Después creó la Alianza Revolucionaria de Militares Activos que, casi de inmediato, comenzó vinculaciones conspirativas con Hugo Chávez y su grupo. "Douglas me decía: "Tu debes contactar a José María". Después supe que ese era uno de los seudónimos de Hugo Chávez. Pero el contacto con Hugo lo hice a través de Luis Reyes Reyes. Nuestra relación fue de hermanos". Esa misma confesión me la hizo Efraín Visconti para mi libro, con los mismos detalles de los viajes.

La relación de Hugo Chávez con Muamar Gadafi surgió de un gran acuerdo ideológico celebrado hace varios años para establecer en Venezuela, con sus características propias, un régimen similar al de Libia. Los venezolanos no deben ser inocentes. Esa es la verdad. Lean con detenimiento el proyecto de Reforma Constitucional presentado por el chavismo, en 1987, para que se den cuenta de las similitudes que existen entre los dos regímenes. Es imposible olvidar que muchos de los fondos para la campaña electoral de 1998 provinieron del régimen de Gadafi. Sostener, como hizo Hugo Chávez, que las causas de la insurrección popular en Libia son las posibles apetencias imperiales de Estados Unidos por su petróleo, es falsear la realidad.

Las verdaderas razones son: el descontento popular ante la permanencia en el poder por más de cuarenta años de Muamar Gadafi; la creciente corrupción; el incremento de la pobreza; la destrucción de las fuerzas armadas profesionales y su reemplazo por una milicia ideologizada; y fundamentalmente por el genocidio contra la población civil. Aducir que no se condena ese régimen por no conocer los hechos que están ocurriendo en Libia es una gran hipocresía. Hugo Chávez propone una comisión de paz. Ojalá se pudiera negociar una solución pacífica, pero sea cual sea el método de solución de dicho conflicto la única condición inmodificable tiene que ser la salida del poder de Muamar Gadafi y su enjuiciamiento por la Corte Internacional de Justicia.

fochoaantich@gmail.com

Fuente: http://opinion.eluniversal.com/2011/03/06/hugo-chavez-y-muammar-gaddafi.shtml


Fuentes:
http://www.noticierodigital.com/2011/02/gadafi-tirania-sangre-y-petroleo/




La espada camina entre dictadores y genocidas

Gadafi jura que quienes protestan están pagados por el Imperio y que los medios mienten

MARTA COLOMINA | EL UNIVERSAL

domingo 6 de marzo de 2011 12:00 AM

La admiración de Chávez por los sátrapas del mundo se ha exacerbado a medida que se acrecienta su obsesión por seguir en el poder a costa de lo que sea. Esa fascinación viene acompañada de un proceso imitativo que se ha hecho ostensible al conocer detalles de la crisis que conduce a la inevitable caída del genocida Gadafi. Para deshonra del Libertador y vergüenza de los venezolanos, la espada de Bolívar no camina por la senda de la liberación de los pueblos, sino a favor de los tiranos que los sojuzgan. Que sólo Venezuela, Nicaragua y Fidel hayan protestado las decisiones unánimes de la ONU contra el asesino Gadafi habla de cuán lejos está Chávez de los acuerdos internacionales que está obligado a respetar. La réplica de la espada del Libertador está hoy en manos del genocida Gadafi, del saqueador Mugabe, del fraudulento presidente de Bielorrusia, a quien Chávez le envía todo el petróleo liviano que producimos casi regalado, que luego el dictador vende al alto precio del mercado internacional. No hablemos del asesino Fidel Castro a quien más que la espada de Bolívar, Chávez le está regalando Venezuela, incluidos los cien mil barriles diarios de petróleo del que no ha pagado la primera factura.

Hace días Chávez desgranaba una lista de dictadores a los que admira e imita: Velasco Alvarado (fallecido dictador peruano), Robert Mugabe ( con 31 años en el poder de Zimbabwe), Omar El Bashir, 22 años presidiendo Sudán y genocida listo para habitar las mazmorras de la Corte Penal Internacional; Alí Saleh, de Yemen, con 21 años en el poder y a quien las protestas impidieron "coronar" a su hijo, y el "pana" Lukashenko, 21 años en Bielorrusia y toda la oposición en la cárcel. Otras veces ha citado a Kim II, de Corea del Norte, ahíto de armamento nuclear, a quien sucedió en el "trono" su hijo y ahora su nieto, mientras el pueblo es pasto de la miseria .O a Teodoro Obiang, de Guinea Ecuatorial, con 32 años al mando y cuyo hijo se acaba de comprar el segundo yate más caro del mundo.

De los "panas" con prontuario sangriento, tres son los de su fanática preferencia: 1) Fidel Castro, su mentor, el más influyente y de cuya asesoría y órdenes depende; 2) Ahmadineyad, presidente de Irán, país con un fanatismo religioso y político que lo define como una nación forajida y cuya delictiva relación nos coloca al borde de sanciones internacionales, y 3) el genocida Gadafi, del que la crisis libia ha evidenciado cuán intensa es la identificación de Chávez con el "Libro Verde", la copia al carbón de "los consejos populares" (aquí "comunas"), la supresión de los militares y sus sustitución por milicias armadas (incluidos mercenarios) y otros mecanismos para eternizarse en el poder. La "mediación" ofrecida por Chávez para buscar la "paz" en Libia no es otra cosa que un fallido salvavidas para evitar que el genocida salga del poder. Maniobra a la que se opone Obama: "Gadafi ha perdido toda legitimidad y debe irse", secundado por otros muchos mandatarios. Los alaridos de las huestes de Chávez en contra de cualquier intervención internacional invocando el cuento de la "soberanía" mientras la carnicería de Gadafi continúa, chocan con los emitidos por el mismo Chávez para pedir la intervención de EEUU en Honduras. El excanciller australiano y copresidente de la Comisión Internacional sobre Intervención y Soberanía de los Estados, Gareth Evans recordaba esta semana que "La soberanía no es un permiso para matar": "Ningún Estado puede abdicar del deber de proteger a su pueblo de crímenes contra la Humanidad y menos aún justificar la perpetración de semejantes crímenes por su parte" (... ) "Si Gadafi no dimite, un mayor baño de sangre parece inevitable. La necesidad de adoptar medidas colectivas, oportunas y decisivas es abrumadora". También Chávez en Venezuela -y con él sus focas, incluida la presidenta de TSJ- sacan el latiguillo de la "soberanía" para violar los acuerdos internacionales a favor de los derechos humanos. Así han impedido la visita de la CIDH de la OEA e incumplirán la sentencia que seguramente llegará a favor de la habilitación política de Leopoldo López.

Los enormes bienes y cuentas de Gadafi -que de socialista apenas tenía los cuentos del Libro Verde para engañar al pueblo- han sido congelados. Ahora lloriquea que su "revolución le devolvió el petróleo al pueblo" y justifica la represión militar y policial (¿ se acuerdan del "gas del bueno" y de "Ahora Pdvsa es del pueblo?). El Gadafi huésped próximo de la Corte Penal de La Haya jura que quienes protestan están pagados por el Imperio y que los medios mienten: "El pueblo me ama" grita y añade amenazante: "pero será un infierno para los que no me amen". Que traducido al criollo significa "Mi revolución es pacífica pero armada".

mcolomina@gmail.com

Fuentes:
El Universal http://opinion.eluniversal.com/2011/03/06/la-espada-camina-entre-dictadores-y-genocidas.shtml

La Patilla http://www.lapatilla.com/site/2011/03/06/marta-colomina-la-espada-camina-entre-dictadores-y-genocidas/




Manuel Malaver
ND
Gadafi y su lucha contra el signo de los tiempos
13 Marzo, 2011
Podrían pasar días, semanas, o quizá meses, antes de que Gadafi sea forzado a entregar el poder al pueblo libio y llevado al banquillo de los acusados en un tribunal internacional que lo juzgue por crímenes de guerra, pero en el intertanto, es evidente que gobernará como una bestia herida, acosada, odiada, perseguida, sin legitimidad de ningún tipo y expuesto a que, desde cualquier rincón, surja la mano que le aplique el castigo que merecen los prófugos que con las manos tintas de sangre intentan seguir perpetrando sus atropellos y atrocidades.
opinan los foristas
Es el destino que aguarda tarde o temprano -o más temprano que tarde-, a los tiranos obsesos y violentos que aprovecharon circunstancias históricas, políticas, religiosas y culturales para convencer a parte de sus connacionales de que sus satrapías eran el mejor camino para que cambiaran libertad y democracia por bienestar y estabilidad, pero que después de largos períodos en el poder (Gadafi gasta 42 años), en los cuales los únicos “libres, democráticos y prósperos” son ellos, los sátrapas, enfrentan la ira de pueblos que quieren recuperar el tiempo perdido y experimentar con un sistema de gobierno electivo, alternativo, de independencia de los poderes y de estado de derecho.
O sea, con la democracia de estilo liberal y occidental, clave en el establecimiento del estado de bienestar que impera en la mayoría de los países de Europa y de algunos de América, Asía y África, donde la tolerancia y la pluralidad son también las bases para la igualdad ante la ley, política, económica, de sexos y de religión.
Una verdad palpable y autenticable que, sin duda, fue decisiva para que los casi 2 mil millones de seres humanos cautivos hasta finales de los 80 de la utopía totalitaria marxista y comunista, se rebelaran contra las dictaduras de partido y de pensamiento únicos y abrazaran en su mayoría la causa de la economía global y competitiva, de democracia constitucional y de estado derecho, y así empezar a reconstruir y reconquistar lo que el comunismo les había destruido y arrebatado.
Verdad que también han palpado y autenticado los millones de hombres y mujeres árabes musulmanes, y de otros credos, que en razón de las migraciones que los han desplazado por millones a Occidente en los últimos 20 años en busca de trabajo, libertad y bienestar; o simplemente, sin emigrar, y desde sus propios países y hogares, conectándose a las redes sociales que ofrece la Internet, o siguiendo la televisión por cable, o abriéndose a las voces e imágenes que reciben vía teléfonos celulares, Facebook o Twitter.
Es -si se me permite el optimismo-, el ataque a la última fortaleza de la sociedad cerrada, autárquica, mesiánica, vertical, teocratizante, y de pensamiento y partido únicos, que ya había perdido los bastiones donde imperaron las estatocracias responsables de que las sociedades se igualaran en la pobreza y no en la riqueza, en la esclavitud y no en la libertad (y de las cuales Rusia, China e India habían sido los postreros suspiros), y que en muchos sentidos se había mantenido intocada en el África Norte y en el Medio Oriente.
Pero frente a cuyas murallas ya están tronando las trompetas de Jericó y están cayendo dictaduras, satrapías, califatos y autocracias como castillos de naipes,
Anotemos que Gadafi es el único y último de los tiranos de este medioevo residual y ahistórico que, no solo se niega a entregar el poder, que ni siquiera acepta discutir con la oposición una salida consensuada y civilizada de la crisis, sino que está masacrando al pueblo libio, arrasando con pueblos y ciudades en la ilusión criminal de que, como en otras oportunidades, la sangre podría proporcionarle una dosis adicional de usurpación egolátrica, pero sin percibir que no es solo el pueblo libio, sino las naciones árabes y musulmanas las que le están gritando: ¡FUERA y BASTA!.
Consigna con la cual ya han sido expulsados dos dictadores vitalicios en países de la región, forzado a monarquías absolutistas a constitucionalizarse, a gobiernos de tendencia autoritaria a convocar a elecciones, a decretar amnistía de presos políticos, y a los últimos mohicanos en la represión y la violación de los derechos humanos, gente del tipo Buteflika en Argelia, Al Asad en Siria y Ahmadinejad en Irán, a atenerse a las consecuencias si persisten en resistir la presión de una mayoría de sus ciudadanos que clama por la adopción de un sistema democrático, electivo, tolerante y plural con la existencia de partidos que sean los llamados a optar periódica y limitadamente en el ejercicio del poder.
De modo que, no se trata solo de Gadafi y de los que en el resto del Norte de África, y del Medio Oriente insisten en mantener sus dictaduras, sino también de los que en Europa y América latina, en Asía y África, insisten en buscarle atajos a la democracia para gobernar dictatorialmente, mientras simulan ser “demócratas”, pero solo si no se les provoca a comportarse como tiranos forajidos colocados al margen de la ley.
Y aquí por supuesto que aterrizamos en “el expediente de Chávez y de Venezuela”, un demócrata por derecho y dictador por hechos, que a nombre del pretexto de que las injusticias sociales que sufrían los pobres del país requerían soluciones rápidas, expeditas y sin cortapisas, hizo añicos la democracia constitucional, inventó una de él, de su autoría, en la que los poderes que controla en su puño de petrodólares, le fabrican leyes ad hoc, o aplican las viejas, pero según las exóticas y extravagantes interpretaciones del teniente coronel.
Así, con motivo de que la oposición le había arrebatado la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional a raíz de unas elecciones recientes, pues se hizo aprobar una “Ley Habilitante” para legislar por 18 meses, anulando los resultados de las elecciones parlamentarias, y arrogándose la potestad de legislar según su real e incontrovertible gana.
O sea, que lo mismo que hacía Gadafi en Libia pero “a la antigua”, sin cumplir la formalidad de tener un parlamento, y muchos menos de convocar elecciones para elegir a sus miembros, pero arribando a los mismos resultados, ya que con instituciones y elecciones que anula, Chávez también puede aspirar, como Gadafi, a mantenerse en el poder durante largos 42 años.
Únicamente que los tiempos han cambiado, tanto para los autócratas que ejercen la “dictadura directa” como Gadafi, como para los que ejercen la “dictadura simulada” como Chávez, cambios que tienen que ver con el paradigma universal de respeto a los derechos humanos y de la instauración de democracias constitucionales y de estado de derecho que norman la estructura jurídica global, y que no aceptar reprimiendo a los pueblos, y tratando de mantenerse a toda costa en el poder, no puede sino concluir en el caso de dictadores acosados como bestias salvajes para ser destituidos y llevados ante tribunales internacionales que juzguen sus crímenes.
Cuesta creerlo, pero Gadafi se ha quedado con solo 3 aliados en el mundo: el agónico y gerontocrático dictador cubano, Fidel Castro, y sus discípulos más aprovechados en el continente, el aspirante a neodictador vitalicio nicaraguense, Daniel Ortega, y de uno que casi lo es en Venezuela, Hugo Chávez, personajes tan patéticos y lamentables como el abominable dictador libio y que, al parecer, han decido acompañarlo en todo… hasta en una celda del Tribunal Penal Internacional de La Haya.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2011/03/gadafi-y-su-lucha-contra-el-signo-de-los-tiempos/





Gaddafi, el tirano más cínico

El líder libio ha unido excentricidad y pragmatismo durante sus 40 años en el poder pasando de financiar al terrorismo a reconciliarse con Occidente
ENRIC GONZÁLEZ
Calificar a Muamar el Gadafi de dictador excéntrico sería empequeñecer al personaje. Primero, porque no solo cumple hasta el último precepto del manual del buen tirano (41 años en el poder, conversión de Libia en una finca familiar, pretensiones dinásticas, culto a la personalidad, represión minuciosa de la disidencia), sino que aporta un toque exquisitamente cínico al oficio: acusa a los libios de todos los males del país, ya que, dice, en 1977 él les entregó el poder absoluto a través de la jamahiriya, un sistema político de su invención traducible como república de las masas; si las cosas no funcionan, es culpa de ellos.
Era un simple capitán de 27 años cuando alcanzó el poder con un golpe
Gadafi es más que excéntrico. Es lo segundo. Hace cosas como viajar con su famosa falange de amazonas supuestamente vírgenes y con sus camellos, o lucir un vestuario singularmente exclusivo, pero además carece de límites cuando intenta expresar un punto de vista o desea permitirse un capricho: es capaz de irrumpir en una reunión de la Liga Árabe y ponerse a orinar en la sala, o de comparecer en un acto oficial maquillado como una Barbie y con zapatos de tacón.
Hablar de un “dictador excéntrico”, aunque fuera en términos superlativos, seguiría empequeñeciendo al personaje. Gadafi es también un dirigente astuto y pragmático, que supo abandonar a tiempo el papel de azote de Occidente y máximo financiador del terrorismo mundial para convertirse en un estadista elogiado en Washington y las capitales europeas. Un diplomático francés le definió como “un kamikaze que jamás pierde el control”. Un diplomático estadounidense le definió como “inteligente y reflexivo, bajo una apariencia estúpida”.
A los hombres suele conocérseles por su infancia y su juventud. Muamar el Gadafi nació el 7 de junio de 1942 en un campamento beduino cercano al puerto libio de Sirte. Entonces, el país se llamaba aún Noráfrica Italiana. La guerra, cuyo fin supuso la caída del imperio de Mussolini, dejó tras sí un territorio desértico y arruinado, plagado de minas, del que nadie quería hacerse responsable. Se decidió entregárselo a un rey, Idris, más o menos complaciente con las potencias vencedoras. El niño Gadafi fue un beduino despreciado por sus compañeros de clase. El joven Gadafi, militar de academia, absorbió el sentimiento que más unía a la sociedad libia, un anticolonialismo furioso, y tomó como ídolos al Che Guevara y al presidente egipcio Gamal Abdel Nasser.
El 1 de septiembre de 1969, cuando participó en el golpe de Estado contra la monarquía, Gadafi no era nadie en la jerarquía militar: un simple capitán del Cuerpo de Señales, sin armas a su disposición. Pero era alguien entre sus compañeros, unos cuantos oficiales que nombraron presidente a un tipo carismático de solo 27 años.
Basta con ser coronel
En Libia acababan de descubrirse gigantescas reservas de un petróleo de excelente calidad, lo cual permitió a Gadafi establecer un régimen basado en los servicios sociales gratuitos (el nivel educativo y la esperanza de vida son hoy de los más altos en África), en el código moral islámico y en el nacionalismo panarabista. Imitando a Mao, otro de sus modelos, publicó entre 1972 y 1975 los tres tomos del Libro Verde, en el que expuso los principios teóricos de la jamahiriya, un sistema asambleario que definía como “democracia perfecta”. Tan perfecta, según Gadafi, que el presidente y jefe supremo de las Fuerzas Armadas no requería un rango superior al de coronel, dado que en una sociedad como la libia, cuyo poder era ejercido directamente por el pueblo, carecían de sentido las jerarquías tradicionales.
Imposible detallar aquí su actividad diplomática. Conviene recordar que intentó fusionar Libia con Egipto, Siria, Túnez y Sudán, que invadió Chad, que respaldó a los tres tiranos más sangrientos del África poscolonial (Bokassa en el Imperio Centroafricano, Idi Amin en Uganda, Mobutu en Zaire), que financió sin discriminaciones ideológicas a cualquier grupo guerrillero o terrorista que le pidiera dinero (solo exigía que el grupo en cuestión se definiera como “anticolonialista” o “antiimperialista”), y que participó en casos de terrorismo de Estado en el extranjero como la destrucción de dos aviones de pasajeros (UTA en 1986, Pan Am en 1988) o de una discoteca en Berlín (1986).
Es posible que su responsabilidad en esas matanzas no fuera tanta como la atribuida y que algo tuvieran que ver los servicios secretos sirios e iraníes. Pero Gadafi prefirió asumirla por completo y pagar el precio del perdón. El que fue gran aliado de Moscú descubrió, tras la caída de la Unión Soviética, que entre el odiado imperialismo estadounidense y el peligroso integrismo islámico debía elegir un mal menor, el que le permitiera mantenerse como “líder fraternal” de la revolución libia.
Había soportado en 1986 un bombardeo ordenado por Ronald Reagan en el que murió su hija adoptiva Ana, de cuatro años. Aun así, eligió la reconciliación. Pagó indemnizaciones, ofreció contratos petrolíferos, renunció a combatir el neocolonialismo, se sumó a la “guerra contra el terrorismo” de George W. Bush y en 2008 acabó siendo invitado por Barack Obama a la cumbre del G-8. Incluso propuso que israelíes y palestinos hicieran la paz compartiendo un país llamado Isratina; cuando vio que no le hacían caso, afirmó que israelíes y palestinos eran “idiotas”.

Fuente: http://www.abcdelasemana.com/2011/02/25/gadafi-el-tirano-mas-cinico/



NUESTRO HOMBRE EN TRÍPOLI

Por Yoani Sánchez

Era yo tan solo una bebita en los brazos de mi madre miliciana, apenas un trozo de “hombre nuevo” sin modelar, cuando aquella primavera de 1977, Fidel Castro viajó a Libia. El coronel Muamar el Gadafi lo recibió con todos los honores y le otorgó la Condecoración al Valor, una distinción que se le confería por primera vez a una personalidad extranjera. Frente a las cámaras, el comandante en jefe retribuyó con un apretón de manos al recién nombrado como guía de la revolución. Se miraron y se reconocieron en sus similitudes. Más tarde pasaron al encuentro no televisado, a esa reunión a puerta cerrada donde se fortalecieron los pilares de lo que sería una alianza que duró por más de 30 años.

Cuba y Libia habían emprendido senderos que discurrían en paralelo y que se juntarían en más de una ocasión. El punto de mayor coincidencia se centraba en sus líderes, en la simpatía que se profesaban ambos caudillos. De ahí que en 1980, cuando nuestra isla había sido sacudida por la escapada en masa de más de 100.000 cubanos, Gadafi le volvió a extender oficialmente su mano solidaria. Con un mensaje cargado de loas, felicitaba a Fidel Castro por haber sido reelecto como primer secretario del Comité Central en el II Congreso del Partido Comunista. El militar de academia llevaba por ese entonces más de una década al mando de aquel vasto territorio al norte de África, mientras nosotros superábamos aquí los 20 años escuchando los interminables discursos del máximo líder. Ambos basaban parte de su retórica de autovalidación en la constante referencia a los servicios sociales gratuitos que habían ofrecido a sus pueblos. Era la manera en que nos recordaban -día tras día- el alpiste, pero sin mencionar jamás la jaula.

La yamahiriya* se constituyó en el sistema político promulgado por Gadafi en 1977, una especie de república en manos de todos, muy similar a la consigna “el poder del pueblo, ese sí es poder” que nos repetían a nosotros del lado de acá del Atlántico. Si las cosas no funcionaban en Libia, la culpa la tenían los propios ciudadanos que no sabían conducir su nación, si el descalabro económico se apoderaba de Cuba era porque la vagancia y el despilfarro de los individuos le agrietaban el rostro a la utopía.

Tanto un líder como el otro sacudían frente a los ojos de sus súbditos el fantasma de la invasión extranjera y el regreso a la dependencia política como la peor de las claudicaciones. El anticolonialismo se constituyó en el lobo feroz que recordaba el excéntrico dirigente de origen bereber, a la par que el guía caribeño escarbaba en los resortes del antiimperialismo, convirtiendo la metáfora de David y Goliat en una perenne referencia a Cuba y Estados Unidos.

Los años noventa los encontraron a ambos quemándose en la hoguera que habían levantado con su terquedad y su actitud beligerante. Gadafi necesitaba limpiar su imagen hacia Occidente, mientras a Fidel Castro le urgía recaudar las divisas que le permitieran mantener el poder después del desplome del bloque socialista. El excéntrico presidente libio pagó indemnizaciones, se abrió tímidamente a la inversión extranjera, y renegó -al menos públicamente- del terrorismo.

El comandante de verde olivo fue más cauteloso, comenzó un proceso de reformas económicas que después trató de controlar con un retorno al centralismo, matizó su discurso belicoso con frases que aludían al daño ecológico que sufre el planeta y al concluir la primera década de este milenio se presentaba ya como un anciano sabio que publica reflexiones iluminadoras. La prensa oficial cubana deslizó las primeras críticas a la actuación del hermano guía de la gran revolución libia. Le cuestionaba aquella reforma radical del régimen socialista que según él podría conducir a un “capitalismo popular”. Tal parecía que los caminos que se habían entrecruzado una y otra vez, comenzaban a desplazarse en derroteros totalmente diferentes.

Sin embargo, con mis 23 años cumplidos, asistí al apretón cariñoso que se volvieron a dar ambos caudillos. A diferencia de aquel marzo de 1977, ya mi madre no quería ni oír hablar de su uniforme de miliciana y el líder libio era difícil de reconocer bajo el maquillaje, las telas y las gafas de sol.

Fuente: http://www.elpais.com/articulo/opinion/hombre/Tripoli/elpepiopi/20110310elpepiopi_5/Tes


Versión editada
blog/yoani-sanchez




El Estado comunal se asemeja al sistema libio

el-nacional.com

Domingo, 3 de abril de 2011

Ambos modelos proponen el gobierno del pueblo, el parlamento popular, la socialización de la prensa y han intentado expandirse más allá de sus fronteras



El modelo de gobierno de Libia se sustenta en la Tercera Teoría Universal desarrollada en la década de los años setenta por Muamar Gadafi y está plasmado en el Libro verde.

La abogada Adriana Vigilanza, dirigente del partido Copei, considera que existen claras similitudes entre el Estado del pueblo contenido en el texto y el sistema político impulsado por Hugo Chávez.

Los congresos populares, la supresión del voto directo, la divinización del líder político y la concepción de la propiedad de los medios de comunicación son, a juicio de Vigilanza, puntos coincidentes en ambas propuestas.

"La Ley Orgánica de las Comunas crea el parlamento comunal, que es un obvio equivalente de los congresos populares libios. Ese parlamento tiene la tarea de dirigir el autogobierno de las comunas para consolidar el Estado comunal como expresión del poder popular.

Sus autoridades son elegidas en elecciones de segundo grado por los consejos comunales. El Libro verde sostiene que los congresos populares son el único medio de la democracia popular y sus miembros son elegidos por los comités populares".

El profesor universitario Federico Welsh también advirtió analogías, aunque enfatizó que se trata de dos sistemas de gobierno ubicados en dos contextos culturales completamente opuestos: "Visto desde nuestra cultura occidental, el Libro verde está lleno de sandeces, pero visto desde la cultura árabe quizá no. Tenemos raíces históricas, políticas y culturales distintas".

Welsh explicó que el modelo que el Gobierno venezolano intenta delinear a través del poder popular tiene el objetivo de sustituir progresivamente la separación vertical y horizontal del poder; es decir, "acabar con el principio de la división del poder nacional, estadal, municipal y parroquial, y al mismo tiempo suprimir la existencia del Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral y Ciudadano".


Prensa democrática

El Libro verde indica que los voceros de los congresos populares y de los comités populares se escogen en elecciones de segundo grado. En Venezuela, la reciente reforma de la Ley del Poder Público Municipal y la aprobación de la Ley Orgánica de las Comunas podrían constituir un primer paso en la eliminación del voto directo, universal y secreto, al establecer que el comité ejecutivo del parlamento comunal y los miembros de las nuevas juntas parroquiales comunales son electos por los consejos comunales, advirtió Vigilanza.

Con respecto a la estructura, Welsh explicó que tanto el poder popular venezolano como el congreso popular libio son sistemas piramidales, en cuya cúspide hay una sola persona.

"Los consejos comunales, comunas y colectivos terminan ocupándose de qué hacer con los camellos o cómo reparar la calle frente a la casa, pero el Estado lo dirige una sola persona sin consultar a nadie. En Venezuela tenemos un Parlamento y sin embargo el Presidente tiene en este momento un Poder Legislativo ilimitado. Todo apunta a la pérdida de la autonomía y a que se instituya el control central total. En Libia no hay Parlamento".

La propiedad de los medios de comunicación también es abordada por el Libro verde: "No es democráticamente admisible que una persona física posea un medio de difusión o de información general. La prensa democrática es aquella que publica un comité popular compuesto por todas las categorías sociales", dice el texto.

En Venezuela, el Gobierno desarrolla la tesis de la hegemonía comunicacional para poner en manos del Estado la mayor cantidad de medios de largo alcance y la democratización del espacio radioeléctrico, para multiplicar cientos de pequeños medios de poco alcance, económicamente dependientes del poder central.

"En la praxis nadie duda de que los medios privados y públicos tienen sus preferencias políticas; sin embargo, la idea es controlar todo el contenido que reciban las personas a través de los medios", indicó Welsh.

Vigilanza destacó que en la Ley del Sistema Económico Comunal se habla de la necesidad de desarrollar el modelo productivo socialista que a la larga no admite las empresas privadas. "Si todas las empresas pasan a propiedad social, los medios de comunicación, que viven de la publicidad de otras empresas privadas, se extinguirán", concluyó.

El coordinador del equipo que redactó las leyes del poder popular, ex diputado del PSUV Ulises Daal, negó que esos instrumentos hayan sido inspirados por el modelo libio.

"Yo leí el Libro verde y le puedo decir que nuestra propuesta se basa en la tradición histórica venezolana. Aunque ellos proponen una pirámide invertida, en la práctica el pueblo delega su poder en una serie de voceros; es la democracia representativa. Nuestra propuesta se apoya en la participación directa y protagónica de la gente que participa en los consejos comunales, e indirecta cuando elige a sus diputados o gobernadores".

www.el-nacional.com

Fuente: http://www.analitica.com/va/sintesis/nacionales/2115452.asp?utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter

Notas relacionadas:
Gadafi, Chávez y las milicias http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/3097079.asp


Gadafi, Chávez y las milicias
Sadio Garavini di Turno


Martes, 29 de marzo de 2011

Un verdadero insulto a la inteligencia de cualquiera que esté más o menos enterado, en materia de relaciones internacionales. El petróleo libio, en casi su totalidad, lo producen y exportan a Occidente, compañías occidentales


Chávez ha sido uno de los pocos líderes mundiales en defender la figura de Gadafy, como gobernante. En esto, lo han acompañado sólo Ortega, Castro y Mugabe. Se ha opuesto también a la intervención, básicamente humanitaria, de la coalición internacional, autorizada por la ONU, con argumentos que causan asombro. Según Chávez, el imperio norteamericano y sus aliados occidentales quieren adueñarse del petróleo libio.

Un verdadero insulto a la inteligencia de cualquiera que esté más o menos enterado, en materia de relaciones internacionales. El petróleo libio, en casi su totalidad, lo producen y exportan a Occidente, compañías occidentales. Pero lo que nos deja estupefactos es la afirmación de Chávez que, además del petróleo, lo que quieren las potencias occidentales es poseer las fuentes de agua de Libia, un país absolutamente desértico.

La verdad es que nuestra capacidad de asombro ya debería haberse agotado, con la afirmación de Chávez que el terremoto de Haití había sido causado por una prueba de un arma secreta de la marina norteamericana y que, probablemente, en Marte había una civilización, que fue destruida por el capitalismo.

Si no fuera trágico, sería cómico. En cambio, Chávez parece que todavía no se ha enterado que el imperio soviético colapsó y se desintegró, básicamente, por el absoluto fracaso socioeconómico del socialismo real, que como decía Bronislaw Geremek: “no sólo no creó riqueza, sino ni siquiera distribuyó con justicia la pobreza”. La ceguera ideológica y la disonancia cognitiva de Chávez, le impiden aceptar los datos de la realidad que contradicen sus creencias profundas y, a su vez, le hacen creer cualquier estupidez que se las reafirma.

Los parecidos de Chávez y Gadafy son múltiples. Los dos quisieron refundar sus países y le cambiaron el nombre, la bandera y los símbolos patrios. Ambos son líderes mesiánicos y carismáticos, que creen estar haciendo una revolución. Están convencidos de ser los indispensables “salvadores de la patria”, establecieron la reelección perpetua, tienen una clara vocación totalitaria y por tanto no creen en la alternabilidad, el pluralismo político, en la separación de poderes y, en general, en el Estado de derecho. Padecen de un “antiyankismo” visceral, “credulón” y primitivo, que le hace creer cualquier cosa, con tal de que venga de los odiados gringos.

También fomentan un infantil culto a la personalidad. Pero lo que quisiera destacar hoy es que Gadafy basa su poder represivo y militar no tanto en las fuerzas armadas (FFAA) regulares, sino en las milicias, mal llamadas populares, que en Libia están mejor armadas que el propio ejército. Chávez también ha creado unas milicias, bajo su mando directo y, precisamente en estos días, ha modificado, por decreto (inconstitucional), por cuarta vez en cinco años, la ley orgánica de las FFAA, para que las milicias puedan usar armamento pesado y sus oficiales sean equiparados a los oficiales profesionales de las FFAA.

Es evidente la intención de crear y fortalecer una guardia pretoriana, que recuerda claramente las milicias del jerarca fascista Farinacci en Italia, pero sobretodo las SS de la Alemania Nazi, por el armamento pesado. Chávez está debilitando y desinstitucionalizando las FFAA, politizándolas y limitando su profesionalización. Ahora con el fortalecimiento de las milicias está eliminando el monopolio natural de las FFAA sobre las armas de guerra de la nación y creando un verdadero brazo armado del partido de gobierno.

Gen Carlos Peñaloza
ND
El trágico modelo libio
1 Septiembre, 2011


*** El final de Gadafi enseña que un ejército y unas milicias armadas hasta los dientes por los rusos no bastan para ahogar a un pueblo, y que ese modelo conduce a un final lamentable para cualquier megalómano que quiera copiarlo.


El final de Gadafi ha sido acorde con su reputación de hombre extravagante y excéntrico. El “hermano” no aparece en público desde hace tres meses y probablemente se esconde tembloroso en un túnel a prueba de bombas. Desde su hueco de roedor llama ratas a sus enemigos en grabaciones de audio donde delira llamando a defender su inexistente régimen.

Es un caso similar al de Saddam Hussein, el otro “hermano” de nuestro “supremo”, quien logró eludir a la justicia durante más de siete meses pero terminó su vida colgado de una soga. Ambos tuvieron la “suerte” de recibir la copia de la espada de Bolívar creando una fama de “pavosa” a la copia de un arma tan falsa como quien la regaló.

Nuestro gobernante trata de copiar el modelo de estos asesinos que llevaron sus pueblos a la ruina y a ellos mismos a un final infeliz. Basta revisar brevemente la historia de Gadafi para darse cuenta que él y Chávez hicieron vidas paralelas modeladas en la imagen de Gamal Abdel Nasser. La primavera árabe y el modelo libio indican que ese estilo de gobierno crea condiciones que conducen a sus cabecillas a la desgracia.

Gadafi se evaporó con su poderoso ejército y fanática milicia, ambos armados hasta los dientes con equipos rusos. Aun quedan algunos bolsones de resistencia que serán limpiados, pero su régimen es historia. El joven coronel golpista de 27 años quien hace 42 años se hizo del poder, era miembro de una logia nasserista infiltrada en el Ejército luego de la independencia de Libia. Por cierto, Libia, al igual que Cuba, no ganó su independencia en el campo de batalla.
El emir Idris de Benghazi colaboró con los ingleses durante la 2da guerra mundial. En 1951, en retribución, fue hecho rey de Libia, una antigua colonia italiana que contenía a Trípoli, Benghazi y un grupo de tribus beduinas. Una década después de esta independencia “gratuita” se descubrió petróleo, y todo cambió. Las potencias occidentales, más Rusia y Egipto volvieron sus miradas codiciosas hacia aquel país desértico. Dado que no consiguieron acceso al petróle los imperialistas soviéticos siguieron otro camino. Mientras ingleses y norteamericanos desarrollaban la industria petrolera, los rusos y egipcios consiguieron un atajo: infiltraron el Ejército.

Para la época, el adalid natural de los árabes era Gamal Abdel Nasser, un carismático caudillo egipcio precursor y modelo de líderes que surgieron más tarde, como Gadafi y Fidel Castro. Nasser, al enfrentar al mundo occidental y a los israelíes, se convirtió en un líder pan-árabe. Tres derrotas a manos de los israelíes en lugar de hacer naufragar a Nasser lo hicieron cada vez más atractivo ante el pueblo musulmán. El coronel Nasser, un lider perdedor en todos sus combates fue el padre del nacionalismo árabe. Sus derrotas lo convirtieron en ídolo especialmente entre los militares de la región. En el medio castrense arabe e hispanoamericano florecieron logias golpistas basadas en sus ideas.

En 1961 ingresó a la academia militar de Benghazi un joven proveniente de Quaddafa, una pequeña tribu berebere del antiguo emirato de Trípoli. Durante la 2a guerra mundial, Trípoli había estado a favor del eje y tanto Mussolini como Hitler fueron muy populares en esa región. El abuelo de Gadaffi fue un fanático admirador de Mussolini. La derrota del eje y la toma de Trípoli por los ingleses crearon odio contra los aliados en Tripoli. Ese odio más el carisma de Nasser fueron caldo de cultivo ideal para el desarrollo de los planes del joven Gadafi. Los gringos se la pusieron bombita.

Desde su ingreso en la academia militar, Gadafi empezó a conspirar contra el rey Idris, a quien odiaba por ser pro occidental. EN 1966 el joven conspirador se graduó e hizo una carrera meteórica como jefe del grupo golpista. Con el apoyo subrepticio de Nasser y de los soviéticos obtuvo los recursos necesarios para dar el zarpazo. En 1969, aprovechando la salida del país de Idris, se apoderó del poder y se auto-designó coronel presidente. La intrepidez de ese joven militar que acabó con un régimen corrupto prometiendo honestidad y libertad creó expectativas en un país pobre y atrasado que no había conocido la democracia.
Desde esa atalaya su megalomanía fue creciendo hasta llegar a decir que él era Libia y que su revolución no podría existir sin él. El pico de su egolatría lo alcanzó al hacerse nombrar “Rey de Reyes” de África. Luego de 42 años en el poder sin cumplir ninguna de sus promesas, luego de imponer una despótica dictadura y arruinar al país, el pueblo se alzó contra él. Hoy en día ese presuntuoso narciso es un anciano derrotado encerrado en un agujero que entre sus exiguos apoyos cuenta con el apoyo de Chávez que es de mal augurio.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2011/09/el-tragico-modelo-libio/

Horacio Medina
ND
Chávez y Gadafi: ¿Una relación borrascosa y premonitoria?
1 Septiembre, 2011

Desde que en febrero de 2011, en Libia se hicieran evidentes las manifestaciones populares contrarias a régimen de oprobio liderado por Gadafi, los precios del crudo comenzaron a aumentar, alentados por la percepción de incertidumbre que se generaba. En su momento, países de la OPEP liderados por Arabia Saudita y Kwait, calmaron la ansiedad del mercado y redujeron la duda cuando se comprometieron a suplir los barriles de crudo provenientes de Libia, básicamente orientados al mercado europeo.


Durante más de seis meses se ha prolongado la lucha por el control del poder. Ahora los rebeldes, alentados por su determinación de acabar con el régimen de los Gadafi y contando con el apoyo de la OTAN, parecen haber tomado un amplio control de la situación.
Entre tanto, lo mercados, especuladores incluidos, continúan desconfiando y no ven clara la situación en Libia, particularmente a corto plazo, tanto por la grandes dificultades que deberán superar para alcanzar los niveles de exportación de crudo de febrero de 2011 (1 millón 500 mil barriles diarios) como por la estabilización de las refinerías y del sector gasífero.
Por otro lado, Hugo Chávez y sus amorales seguidores, han venido usando una sarta de mentiras, desinformaciones y manipulaciones para sustentar como causal de la sublevación el interés de las transnacionales y el imperio de apropiarse de los hidrocarburos de Libia. Es obvio que de nuevo miente y lo hace porque es un mitómano compulsivo que vive para y por la mentira, la utiliza como conducta de vida, falseando la verdad respecto de hechos, cosas y personas con el objeto de hacer daño, satisfacer su vanidad, demostrar un poder y control que no tiene y compensar su creciente inseguridad.

Chávez, trata de huir hacia adelante preparando una coartada ante una no deseada, pero tampoco descartada, protesta social generalizada en Venezuela, de la cual seguramente culpará al imperio y los intereses económicos transnacionales, para ocultar las verdaderas razones sustentadas en la incontrolable inseguridad personal, en las insoportables carencias en las áreas de salud y educación, en la creciente problemática de la vivienda, en la inflación desbocada, en la corrupción repugnante, en la destrucción del sistema judicial con consecuentes manifestaciones de violaciones de derechos humanos fundamentales y, en fin, una situación de país que apesta a ingobernabilidad. Por eso nos arrastra a todos en su peligroso juego por mantenerse en el poder.
Trataremos de dar algunas informaciones y explicaciones sobre la industria de los hidrocarburos en Libia para que cada uno de ustedes pueda formarse su opinión al respecto.

Libia es un país que depende de su industria de los hidrocarburos, tanto que, en 2010, representó alrededor del 95% de sus ingresos por exportaciones.

Libia es miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y posee las mayores reservas probadas de petróleo en África, seguida por Nigeria y Argelia. La exploración comenzó en Libia en 1955 y de acuerdo con fuentes confiables las reservas probadas de petróleo se ubican en 46,4 millones de barriles. Cerca del 80 por ciento de estas reservas probadas de petróleo se encuentran en la parte oriental de Libia, en la cuenca de Sirte que aporta la mayor parte de la producción petrolera del país. Sin embargo, nos suscribimos a la opinión de muchos expertos que consideran que Libia es un país que está todavía poco explorado.

 En el 2010, la producción de crudo fue de aproximadamente 1,65 millones barriles diarios, más de un 60% proveniente de Sirte, un 25% de la cuenca de Murzuq y la mayor parte del resto provino de la cuenca costa afuera cerca de Trípoli. Es necesario recordar que la producción de petróleo alcanzó un máximo de 3 millones 200 mil de barriles diarios a fines de la década de 1960, justo al momento que Gadafi produce un golpe militar y toma el poder.

 A partir de allí la producción comenzó a caer rápidamente y, a raíz de las sanciones impuestas al régimen de Gadafi en 1992, por el atentado aéreo de Lockerbie en 1988, se profundizó la perdida. El proceso solo comenzó a revertirse cuando las Naciones Unidas y los Estados Unidos levantaron las sanciones contra Libia en 2003 y 2004, respectivamente y, en 2006, los Estados Unidos anularon la designación de Libia como un estado patrocinador del terrorismo. Desde ese momento, las compañías petroleras internacionales incrementaron sus inversiones en exploración y producción de hidrocarburos, a pesar de cierto grado de incertidumbre regulatoria y contractual. La capacidad de petróleo crudo aumentó durante la última década de 1,3 millones barriles por día en 2000 hasta casi 1,7 millones diarios en 2010.

El crudo libio es mayormente crudo liviano y con bajo contenido de azufre, tienen nueve tipos de crudo para exportación cuyas gravedades API van desde 26, el más “pesado”, hasta 43, el más liviano. Los volúmenes que van a Europa (76%) son de crudos livianos y los más “pesados” se destinan al mercado asiático (12%).

Libia tiene cinco refinerías con una capacidad nominal total de 370 mil barriles por día, pero con una capacidad efectiva muy afectada, por tanto, requiere de importantes inversiones para actualizar y aumentar esa capacidad efectiva de refinación. La principal refinería es Ras Lanuf, situada en el golfo de Sirte con capacidad de 220 mil barriles diarios y la otra refinería importante es Az Zaiya, al noreste de Libia y con capacidad de 120 mil barriles por día.
La industria del petróleo de Libia está a cargo de la empresa estatal Corporación Nacional de Petróleo (CNP). La CNP es la responsable de gerenciar tanto los acuerdos de exploración a riesgo y producción compartida, como las actividades posteriores con las principales empresas internacionales, como los son: Eni (Italia), Total (Francia), Repsol YPF(España), StatoilHydro (Noruega), OMV (Austria) , Shell (Holanda), BP (Gran Bretaña), ExxonMobil, Occidental, ConocoPhillips, Hess, Marathon (EEUU), CNPC (empresa estatal China), Gunvor (empresa rusa, controlada por Gennady Timchenko, socio muy cercano de Vladimir Putin) y otras.

La producción de gas natural de Libia y las exportaciones han aumentado considerablemente desde 2004. Libia produce 1.032 millones de pies cúbicos de gas, consume 212 millones de pies cúbicos y exporta 349 millones de pies cúbicos de gas natural a Europa (se ventean a la atmósfera más de 450 millones de pies cúbicos por día). La gran mayoría de este gas se exportó por tubería, a Europa a través de los 600 kilómetros del “Greenstream” gasoducto submarino de gas natural, puesto en operación en octubre 2004 y que va desde Melitah hasta Sicilia. Libia también exporta pequeños volúmenes en forma de gas natural licuado (GNL). (Solo para no olvidar, cuando hay gas no hay espacio para Orimulsión. En Italia, no había gas y la Orimulsión tenía un lugar importante y avanzaba la negociación hacia los acuerdos con el negocio eléctrico, es decir vender kilovatios. De pronto, surgió la orden de salir del negocio, se dieron mil argumentos baladíes, se hicieron razonamientos llenos de un cretinismo ilimitado y obviamente poco convincentes. Al término del negocio, apareció el gas procedente de Libia y Venezuela le cedió el espacio ganado con perseverancia, inversiones y dedicación. Interesante no? Cuestión de socios, intereses y corrupción)

Luego de esta pequeña síntesis, nos imaginamos que ustedes podrán sacar sus conclusiones con relación a lo declarado por Chávez. Sin duda, también Chávez y su combo, pierden otro de sus aliados en el seno de la OPEP. Confiamos que el nuevo gobierno de Libia, será más proclive a los conceptos que comparten Arabia Saudita, Kwait y los Emiratos. La reunión de mediados de septiembre, de la Organización, nos dará una idea más clara del asunto.
Otro aspecto importante de cara a los tiempos por venir, está relacionado con la recuperación de la producción, refinación y exportación de crudo en Libia, consideramos que será un proceso lento que requiere cuando menos unos 18 meses para llegar al punto donde estábamos en febrero de 2011, estimando que no se produzcan sabotajes importantes o actividades de destrucción en los campos productores o en refinerías y puertos.
Sin duda, Libia tiene un futuro promisorio, en tanto y en cuanto, pueda democratizar su política y encauzar su economía hacia el desarrollo. Un país con poco más de 6 millones habitantes y con capacidad de producción que puede alcanzar los 3 millones de barriles en cinco años, no puede ser menos que prometedor. Su mayor reto está en lo interno, en que pueda evolucionar de una sociedad tribal y nómada, a una sociedad más moderna y estable.

Fuente: http://www.noticierodigital.com/2011/09/chavez-y-gadafi-¿una-relacion-borrascosa-y-premonitoria/


El cisne negro de Gadafi
El pueblo venezolano es solidario con la revolución libia y condena al dictador Gadafi...
JULIO CÉSAR PINEDA | EL UNIVERSAL
jueves 1 de septiembre de 2011 12:00 AM

Durante cuatro años fui embajador de Venezuela en Libia, en los últimos años del gobierno de Caldera y en el primer año del presidente Chávez. Desgraciadamente me tocó vivir las consecuencias del incendio de nuestra embajada en Trípoli cuando las milicias de Gadafi, con el Libro Verde en la mano y acusándonos de imperialistas destrozaron las oficinas diplomáticas, solo porque nuestro embajador en la ONU, Diego Arria y para ese entonces presidente del Consejo de Seguridad, había propuesto y aprobado con todos los países sanciones económicas por el ataque terrorista a un avión de Pan Am con 279 víctimas. Quienes votaron por el embargo siempre fuimos considerados adversarios del proyecto libio. Todo cambió cuando ganó las elecciones el señor Presidente con un discurso antiimperialista y una oferta socialista cercana al modelo cubano y en la misma dirección del poder para el pueblo del líder libio. Fidel Castro era el único latinoamericano con vínculos cercanos con el coronel Gadafi y fue fácil establecer el puente entre Libia y Venezuela, cuyo Libro Verde llegó a las manos de Chávez con los elogios correspondientes a la llamada tercera vía universal en la Yamajiriya Libia. Con el chavismo en el poder en todo cambió, se nos facilitó ser huéspedes privilegiados en la tienda de campaña beduina (jaiba) del líder único. Gadafi nos hizo mención de su admiración por el venezolano Carlos Ilich Ramírez y de los movimientos revolucionarios en América Latina, especialmente la guerrilla de las FARC.

Por temor a la Justicia Penal Internacional el coronel no atendió a la toma presidencial y envió una delegación presidida por el general M. Jarubi, desde hace varias semanas junto a los rebeldes en Benghazi. Después del 2003 cuando Libia se responsabilizó por los atentados terroristas y renunció a desarrollar armas de destrucción masiva, se le permitió a Gadafi salir de su país con su primer viaje a la ONU y su siempre deseado encuentro con Chávez en Caracas durante la Cumbre América Latina-Mundo Árabe, en el 2009.

Puede catalogarse de Cisne Negro las revoluciones árabes pero especialmente el final del reino de Gadafi, dentro de la teoría de Nassim Nicholas Taleb. Son hechos fortuitos que escapan a la racionalidad frente a lo incierto, lo aleatorio y lo complejo, con tres propiedades esenciales: el efecto sorpresa, así fue la Revolución de los Jazmines en Túnez y la Plaza Tahir en El Cairo, pero especialmente la Plaza Verde en Trípoli, con gran efecto que sobrepasa al Mundo Árabe e implica a la comunidad mundial, y la dificultad de predecir los cambios bajo los criterios de la información previa. Se conocía en la geopolítica del Mundo Árabe y musulmán, la importancia de la variable petrolera y religiosa, en su doble vertiente chiíta y sunita, la eternidad en el poder de reyes, presidentes y jefes de Estado, se aceptaba como ley la imposibilidad de la convivencia de la democracia y el Islam, pero ahora está orientado a un nuevo orden regional con proyectos democráticos y desarrollo social.

Hace unos días, luego de un seminario sobre Medio Oriente en Bogotá, al cual fuimos invitados diplomáticos de diferentes países que servimos en Libia, pudimos conversar con representantes del Consejo Nacional de Transición (CNT). Informaron que en todas las embajadas libias en América Latina, salvo Venezuela, tenían representantes del nuevo gobierno y habían sustituido la bandera verde de Gadafi por la tradicional tricolor de ese país y que desechado el Libro Verde habían abierto una ruta electoral. Hicimos entrega de la Constitución de Venezuela traducida al árabe, documento que habíamos hecho llegar antes a la embajada de Egipto en Caracas, como referencia al nuevo paradigma constitucional que implementan en esos países.

Se nos concedió el honor de acompañar a los libios a una cita con el presidente Juan Manuel Santos en el Palacio de Nariño, donde los representantes del CNT agradecieron el reconocimiento que Colombia hizo en momentos en que tanto lo necesitaban. El presidente Santos, como lo señala el comunicado oficial, les sugirió a los nuevos responsables de Libia no desviarse del camino democrático, no caer en la venganza, defender los Derechos Humanos y distribuir adecuadamente la riqueza petrolera para todo el pueblo.

Estamos conscientes como lo expresó la MUD que el pueblo venezolano es solidario con la revolución libia, condena al dictador Gadafi y esperamos que tarde o temprano el Gobierno Nacional -como pasó con Honduras- termine reconociendo al nuevo gobierno como lo ha hecho la casi totalidad de Estados del planeta, así la embajada de Libia en Caracas deberá también tener su bandera tricolor.

jcepineda01@gmail.com

@jcesarpineda
Fuente:
http://www.eluniversal.com/2011/09/01/el-cisne-negro-de-gadafi.shtml

Algunos Tweets sobre el Tema:



Para el lector interesado en leer disparates fracasados del Libro Verde de Gaddafi en el cual trata de aplicar la teoría Marxista , integrarla al Islamismo y así poder destruir instituciones, destruir partidos, reducir el poder de la población civil y crear una formula que ha sido copiada por el chavismo para tratar de permanecer mas tiempo en el poder, puede dirigirse a este link y leer una copia del ejemplar en esta dirección:

(Advertencia: Los Textos y razonamientos estrambóticos podrian herir su sensibilidad y causar nauseas, sobre todo al relacionar estas ideas desquiciadas a los absurdos lineamientos copiados al proyecto chavista)

Link Al Libro Verde "Socialista" de Gaddafi en Español:
Libro Verde Marxista de Gaddafi del cual el chavismo se ha inspirado para su proyecto de pais:

http://notilogia.com/descargar-el-libro-verde-de-libia-de-muammar-gaddafi/





The Green Book of Muammar Gaddafi: (English)
http://www.scribd.com/doc/49493799/The-Green-Book-by-Muammar-al-Qaddafi

The Green Book by Muammar al-Qaddafi

Otras Fuentes de Informacion sobre el Libro Verde de Gaddafi:





El Libro Verde

El Libro verde es un libro político de tres volúmenes escrito por el líder libio Muamar el Gadafi, entre 1975 y 1979, en el que se exponen las ideas de su pensamiento político, de un modo similar a como lo hizo Mao Tse Tung con su Libro rojo.1 El libro es el referente de la forma de gobierno de Libia llamada Yamahiriya, una república gobernada por Gadafi mediante comités populares.1

El Libro verde rechaza la democracia liberal moderna y alienta la institución de una forma de democracia directa basada en "comités populares de base".2 Expone la mezcla personal de Gadafi de socialismo, islamismo y nacionalismo árabe.1
Los tres volúmenes del libro son:

La solución del problema de la democracia: "La autoridad del pueblo"
La solución del problema económico: "Socialismo"
La base social de la tercera teoría universal

El gobierno de Libia ha publicado traducciones a varios idiomas. Libia no tiene constitución pero usa como fundamento para la Yamahiriya el Libro verde. Con la "Revolución verde socialista" de Gadafi que declara la Yamarihiya en 1977, la bandera de Libia es cambiada de color a una completamente verde aludiendo al libro del dirigente libio.

APORREA hablando sobre el Libro Verde (Web Site Chavista ):
http://aporrea.org/internacionales/a119077.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Libro_verde_(Gadafi)

miércoles, 16 de febrero de 2011

Los que quieran Comunismo siganlo



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